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Una Noche en Annwn: Annwn, #1
Una Noche en Annwn: Annwn, #1
Una Noche en Annwn: Annwn, #1
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Una Noche en Annwn: Annwn, #1

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Una noche en Annwn

La extraña historia de la ECM del viejo Willy Jones

La palabra galesa Annwn es la forma antigua en la que  se  hacía referencia al Cielo y, al igual que el Valhalla, era subterráneo.

La novela cuenta la historia de Willy, un pastor de ovejas galés anciano que se ha dejado estar tras la muerte de su amada esposa. Un día, mientras paseaba a su perra también anciana, ella muere, y Willy colapsa tras un paro cardíaco causado por la angustia, si bien ya no tenía voluntad de vivir desde hacía ya bastante tiempo.

No obstante, despierta en un hospital e intenta dilucidar la experiencia que está viviendo. Al poco tiempo se da cuenta de que la joven enfermera es su difunta esposa, Sarah, y comienza a caer en la cuenta de que está muerto.

Eso no lo perturba; de hecho, lo pone contento.

Pasa "días" con Sarah en Annwn, y durante ese tiempo ella le muestra el lugar y le explica cómo funcionan las cosas en el "Cielo". Queda fascinado por todo lo que ve y escucha hasta que, de pronto, su cuerpo lo reclama de vuelta sin advertencia previa. Su cuerpo también ha estado en un hospital pero en el mundo físico, y él despierta de una experiencia cercana a la muerte. Luego, comienza a ver a su esposa de nuevo, y retornan los recuerdos del tiempo que pasó en Annwn.

Transforma su vida, y tiene unas renovadas ganas de vivirla, trabajando con su esposa del El Otro Lado para beneficiar a los menos afortunados en su ámbito hasta que un día le llega la hora de verdad, y él y su esposa vuelven a ser uno de manera definitiva.

LanguageEspañol
Release dateApr 22, 2022
ISBN9781386141976
Una Noche en Annwn: Annwn, #1

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    Una Noche en Annwn - Owen Jones

    4 Annwn 

    5 Asiento de aprendizaje

    6 Paseo

    7 Un nuevo «nuevo despertar

    8 La cabaña de Bryn Teg

    9 Nuevos pasatiempos

    10 El Círculo de Desarrollo

    11 Curación espiritual

    12 La trompeta involuntaria

    13 El último post

    14 El Post Horn Gallop

    Glosario y notas de traducción

    Alterador del Destino

    Sobre el autor

    ––––––––

    DEDICATOARIA

    A mis padres y a todos los Espiritistas de nuestra familia (aquellos que están en la Superficie y aquellos que no), por haberme brindado una buena perspectiva de la vida.

    ––––––––

    1 WILLY JONES

    ¡Papá, ¿ya te despertaste?! gritó Becky al entrar a la cabaña lúgubre y oscura mientras cerraba la puerta de entrada de un golpe, por si aún no estaba despierto. De inmediato se preguntó si debería haber dejado la puerta abierta. El olor era terrible. ¡Papá, soy yo, Becky! ¡Levántate ahora, por favor!

    En la sala, corrió las cortinas de la ventana que daba al frente. Era bastante grande por tratarse de una vieja cabaña de campo galesa, pero pequeña a la vez para los estándares modernos. La abrió tanto como cedió, la trabó en los antiguos ganchos y se metió en la cocina, detrás.

    Parte de la fuente de olor se tornó evidente de inmediato. Kiddy, la vieja pastora galesa negra, estaba asustada asustada tras la puerta y parecía un cordero aterrado.

    No te preocupes, viejita, no podías evitarlo. Te tendría que haber dejado salir hace horas. Abrió la puerta trasera hacia adentro y esparció aún más las necesidades caninas por el piso de linóleo. ¡Mierda! dijo involuntariamente al mismo tiempo que una nueva ola de olor más fuerte surgía de la montaña de heces removida y aireada.

    Apenas vio que la rendija era lo suficientemente ancha, Kiddy se deslizó agradecida hacia el jardín, feliz de poder alejarse de la causa de su vergüenza.

    Becky sacó un cubo y un trapo de piso apestoso de debajo del lavabo, pero tuvo que pasar los platos sucios a la mesada para poder llenar el cubo. A falta de agua caliente y productos de limpieza, utilizó agua fría y detergente en polvo.

    Tampoco había guantes, así que se agachó en coupy y comenzó a limpiar el desperdicio canino.

    ¡Mierda, mierda, mierda y más mierda! farfulló para sí misma. ¡Esta es una gran casa de mierda! Mientras se desplazaba por la mancha marrón de más de medio metro, las suelas de sus zapatillas se adherían al piso. Pensó que toda la cocina necesitaba un lavado a presión con agua hirviendo. Una vez que quedó satisfecha con ese pequeño sector, Becky salió al jardín en dirección al cuarto de baño exterior y desechó el agua. Luego lavó sus manos y el cubo en la canilla de afuera; vertió lejía para el inodoro en él y volvió a llenarlo de agua para dejar el trapo de piso en remojo, con la esperanza de que se lavara por sí solo.

    Regresó a la cocina, puso un tapón en el lavabo, abrió la única canilla, abrió la Ventana y puso los platos en remojo también. La sartén era el único utensilio de cocina al que se le había dado uso desde la última vez que ella había estado allí, pero todos los platos estaban sucios, al igual que varias tazas y vasos de whisky y cerveza.

    Sabía lo que eso significaba. Una fritura con té por la mañana, fin de la mañana o primeras horas de la tarde; una fritura con cerveza por la tarde noche, y varios whiskys antes de dormir. La situación se estaba tornando imposible, y Becky estaba perdiendo la paciencia rápidamente con su padre, aunque sentía lástima por su pobre perra vieja que tenía que vivir en un chiquero como ese con su padre, a quien parecía no importarle el olor ni la degradación.

    Mientras lavaba los platos, observaba la corta cadena montañosa a unos pocos kilómetros de lo que ahora llamaban jardín de manera eufemística, pero que había sido hermoso cuando ella vivía en ese hogar. Las montañas siempre le habían provocado una fascinación atrapante. Eso lo había heredado de su madre, quien había lavado la vajilla dos o tres veces por día frente a esa ventana observando las montañas por cuarenta y dos años.

    A ella y a su padre les gustaba pensar que ella estaba feliz jugando o deambulando entre ellas ahora que no estaba más junto a ellos. Había muerto de cáncer cervical cinco años atrás. Los había tomado por sorpresa por completo, porque nunca había ido a los controles que tenía programados en el hospital. Diagnosticada y fallecida en un período de tres meses; una conmoción terrible.

    No obstante, en el presente, Becky tenía más conocimiento acerca de la enfermedad (incluso se había hecho análisis) y sospechaba que su estoica y trabajadora madre había sabido que tenía un problema, pero no había querido ser una carga y, quizás, hasta le gustaba la idea de estar muerta y alejada de la vida monótona en una granja de montaña pequeña, aislada y solitaria.

    ¡Los iba a lavar apenas bajara!

    ¡Oh! ¡Me asustaste! Desearía que no te me aparecieras sigilosamente por detrás de esa manera. Ya te hablé de esto antes, papa, ¿verdad?

    Qué linda manera de saludar a tu Da. De todos modos, no me estaba acercando sin hacer ruido y, de haberlo hecho, tengo permitido hacerlo en mi propia casa.

    ¿Cómo te sientes hoy, Da? A veces se retrotraía a la lengua vernácula y le decía «Da», y a veces hasta hablaban en galés, pero ya no tan seguido desde que Becky había vuelto de la universidad hortícola y su madre había fallecido.

    Estoy bien. Es solo que me canso tanto que no le veo sentido a levantarme temprano cuando hace frío. ¿Por qué no esperar a que el sol le dé un poco de calidez al lugar y mientras quedarme en la cama? ¿Hay algo de té? Estoy muerto de sed. Mi boca sabe a suspensorio de obrero.

    "¿Es necesario que seas asquerosamente gráfico? ¡No tengo dos pares de manos, ¿sabes?! Tuve que limpiar las necesidades de Kiddy, pobre viejita, porque estaba muy «cansado» para dejarla salir, y este lugar estaba demasiado sucio como para poder comer algo aquí.

    Y tienes que cuidarte mejor ─dijo al tiempo que giraba y lo miraba de arriba abajo─. Tienes un aspecto completamente desastroso.

    William Jones estaba de pie frente a ella con pantalones de pijama y sin pantuflas. La mitad blanca de su cabellera estaba parada en todas las direcciones, y los músculos de su rostro parecían estar todavía dormidos. El tufo que emanaba al hablar le reveló que estaba en lo cierto acerca de los vasos nocturnos de whisky; probablemente los suficientes como para armar un juego completo de cristalería.

    ¿Por qué no te lavas los dientes y te mojas la cara para despertarte?

    "Muchas gracias, pero no necesito lecciones de higiene personal de tu parte. Tengo mis propias rutinas, establecidas hace más de sesenta años, y siempre han resultado lo suficientemente buenas. No las pienso cambiar ahora, ni por ti ni por nadie. Tu adorada madre nunca se quejó, y sus estándares son lo suficientemente buenos para mí.

    De todas maneras, si necesitas saber todo lo que entra y sale del trasero de un gato, iba camino al lavatorio. Así que, si me disculpas...

    Salió al exterior. Siempre se había lavado bajo la canilla de afuera, a menos que hubiera nieve o hielo en el suelo, y la ducha o baño todavía eran una vez por semana, y en ocasiones especiales.

    Ella se secó las manos en un trapo de cocina, llenó el hervidor, encendió el fuego debajo, tiró tres saquitos de té adentro de la tetera (luego de haberse asegurado de que estuviera vacía) y continuó con los platos sucios.

    Ve a ponerte algo de ropa, Da, le instó cuando regresó y se estiró hacia la toalla que estaba colgada en un gancho en la puerta. Nos haré unas tostadas junto con el té. Ve ahora y no tardes tanto.

    Calentó la tetera, puso los saquitos vertió el agua sobre ellos, y luego quitó el tapón del lavabo y encendió la parrilla. Había llevado su propia comida, como solía hacer, porque William rara vez iba a las tiendas, y el interior de su refrigerador era una ofensa contra la decencia. Tendría que ocuparse de eso luego, porque quería desayunar primero.

    Mientras se calentaba la parrilla, se acordó de la perra y puso en su tazón las sobras que había llevado. Probablemente en el refrigerador habría una lata de comida para perros medio abierta y a medio usar, pero eso tendría que esperar y, además, Kiddy merecía darse un gusto de vez en cuando.

    Justo antes de que escuchara a su padre comenzar a bajar por las escaleras, sacudió el mantel fuera de la puerta de entrada y lo reemplazó por uno nuevo para servir el desayuno.

    ¿Ves que puedes lucir bien cuando quiere, Da?

    Nadie me va a ver, así que, ¿qué importa? No pusiste nada de cerveza con ese queso derretido.

    No, ya tomas bastante cerveza durante el día sin necesidad de tomarla de desayuno también.

    La cerveza en el queso no es beber cerveza, es tradicional. Es una «tostada galesa». Es una costumbre galesa de hace siglos, pero a ti te gusta tu queso derretido «a la inglesa», sin cerveza".

    Un día me lo agradecerás, y la sorpresa va a ser de tal magnitud que me va a dar un patatús y me voy a unir a mamá en las montañas allí detrás. Los padres se quejan de que los hijos son desagradecidos pero los viejos, o al menos tú, son mucho peor.

    Perdón, Becky ─dijo levantando la mirada hacia ella─. Sí que aprecio todo lo que haces por mí, en serio... Es solo que los viejos son empecinamos en nuestras costumbres. Mi madre, que Dios la tenga en la gloria, siempre ponía cerveza al queso derretido para mi viejo Da, y tu madre siempre lo hacía para mí. Después de sesenta años de queso y cerveza en las tostadas se te hace costumbre. ¿Lo comprendes, verdad?

    Sí, Da, pero ¡¿ahora puedes dejar de hablar de la puta cerveza?!

    ¡Ohh! ¡El vocabulario, Becky! ¡Tu madre no aprobaría palabrotas en esta casa y tampoco yo, en su honor! Ese es otro hábito desagradable que adquiriste en esa universidad.

    ¡No es cierto! Eso lo aprendí de ti.

    William no estaba Seguro de si era verdad o no, pero decidió no discutir. Es un adorable tecito, y lo del queso es un lindo cambio, siempre que sea de vez en cuando dijo él.

    En verdad sabía que seguramente habría cerveza en el refrigerador, pero no me atrevía a meterme ahí hasta después de haber comido.

    Su padre rio. ¡Eso sí lo comprendo! Ni a mí me gusta meterme ahí... y menos cuando está oscuro. Nunca se sabe qué puede andar al acecho ahí dentro. ¡Algo te podría arrancar la mano de un mordisco! e intentó apretarle una mano.

    Ella la sacó justo a tiempo para seguirle el juego y la diversión.

    ¿Por qué vives así, Da? No hay necesidad, ¿cierto? Hablas de conservar tradiciones, pero mamá mantenía esta casa impecable. Era su orgullo, pero apuesto a que le daría demasiada vergüenza poner un pie en ella ahora.

    Bueno, en eso se equivoca, Señorita Sabelotodo con educación universitaria inglesa. A veces me siento a hablar con tu madre entre estas cuatro paredes.

    Ya lo sé, papá, pero apuesto a que muchas veces niega con la cabeza por el estado al que permitiste que llegara este lugar. Apestaba a fosa séptica esta mañana... cerveza, whisky, porquería de perro y comida vieja y putrefacta. ¡Casi vomito!

    Perdón, sé que dejé que se pasara de la raya a veces, pero es que ya no tengo incentivo alguno. A veces lo intento, me esfuerzo de veras. Supongo que ya no tengo fuerza de voluntad.

    ¿Por qué no vienes a vivir con nosotros? Nos encantaría recibirte y te lo hemos ofrecido varias veces. Este lugar es muy grande para un hombre solo, en especial uno como tú, que nunca tuviste que mantener un hogar solo. No estás a la altura, papá, con tu reumatismo, tu espalda en mal estado y tus pies hinchados.

    Por cómo me describes parezco candidato para el matadero. Mira, sé que has, que todos han sido muy amables, pero no puedo irme de esta casa. Aquí hay demasiadas personas y recuerdos para mí y la vieja Kiddy. Además, si nos mudáramos, tu madre quedaría sola aquí.

    Sé que crees eso, papá, pero yo pienso que si hay fantasmas, y no hay motivo para que no los haya, ellos pueden ir a cualquier lugar que les plazca. No creo que estén atados a un sitio.

    Bueno, yo no estoy tan seguro. Con frecuencia se escucha hablar de lugares o casas embrujadas, ¿cierto? Ahora, a mí no me gusta utilizar expresiones emotivas como aparición o cosas por el estilo, pero creo que los fantasmas, al igual que las personas, sienten apego a un lugar y se quedan allí.

    ¿Pero por qué se apegarían? No tiene sentido.

    "Tiene sentido si lo piensas. Nosotros, los que tenemos un cuerpo, nos apegamos a amigos, familia y aquello de nuestra propiedad. Si yo muriera mañana, eso no provocaría que te fueras a vivir a Zimbabwe, ¿cierto? Si un meteorito se estrellara en esta vieja granja, yo no levantaría campamento para mudarme a Escocia, ¿verdad?

    No, por supuesto que no. Estoy emocionalmente apegado a este lugar. Permanezco aquí y, si me tengo que ir a algún lugar por un tiempo, vuelvo. Al igual que el noventa por ciento del resto del mundo. Son casos raros los de expatriados que se mudan lejos por un tiempo largo, y la mayoría de ellos también muere en su hogar. Confía en mí cuando te digo que los fantasmas, o personas sin cuerpo, hacen las cosas por los mismos motivos que los que tenemos cuerpo.

    ¿Realmente has visto a mamá y hablado con ella cara a cara?

    Esa es una pregunta muy difícil de responder, querida. Esta mañana estaba hablando contigo pero estabas de espaldas y no podías verme. Sin embargo, eso no te impidió saber que era yo el que estaba detrás tuyo, ¿cierto?, pero para responder tu pregunta, nunca la vi tal como te estoy mirando ahora, ni tuve una conversación como esta. No obstante, creo que la vislumbré por segundos, como cuando la tele no funciona bien y escucho su voz en mi cabeza.

    ¿Ves a mamá en la TV? Vi eso en películas, pero nunca escuché que sucediera en la vida real ¿Estás seguro?

    No, ¡eso no es para nada lo que quise decir! Puede que vea una imagen de ella en la ventana, en el vapor del hervidor o en las sombras de la casa. Tengo una teoría. Tu madre aún no ha aprendido a protegerse, y yo no sé lo que estoy buscando. ¿Entiendes?

    No estoy segura. Cuando estás muerto estás muerto, ¿o no?

    La gente supone eso, pero nadie lo sabe en realidad, ¿cierto? Voy a reformularlo... Nadie puede probar que lo sabe. Hay un hombre que afirma ser la mano derecha de Dios en la Tierra, pero Dios no lo ha ayudado a probarlo. No obstante, resuena en todo el planeta a través de los medios católicos como si fuera un evangelio indiscutible. ¿Cómo puede él, o ellos, sostener eso hoy en día?

    Si existe la reencarnación, ya hemos muerto antes, entonces, ¿qué es lo que hay que aprender?

    De la misma manera, si existe reencarnación, ya hemos nacido antes, pero de todos modos tenemos que Volver a aprender a caminar, hablar y comportarnos. Quizás los muertos tienen que volver a aprender a hacer que sus cuerpos sean más luminosos o densos para que podamos verlos. Y lo mismo sucede con sus voces.

    Entonces, ¿por qué no hay un montón de gente que vea montones de fantasmas todo el tiempo?

    "Yo creo que los ven, pero no nos enteramos. La Iglesia Católica es muy

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