Discover millions of ebooks, audiobooks, and so much more with a free trial

Only $11.99/month after trial. Cancel anytime.

Cadena de Daisy: Colección Costa, #1
Cadena de Daisy: Colección Costa, #1
Cadena de Daisy: Colección Costa, #1
Ebook329 pages4 hours

Cadena de Daisy: Colección Costa, #1

Rating: 5 out of 5 stars

5/5

()

Read preview

About this ebook

Cadena de Daisy

Una historia de amor, intriga y del hampa en la Costa del Sol

Daisy, la orgullosa hija de un acaudalado ex mafioso de Londres, John, y su esposa española, Teresa, creció en Marbella en la Costa del Sol, también conocida, como la Costa del Crimen. Ella idolatraba a sus padres y quería impresionarlos ayudando a su padre a administrar el negocio familiar después de su graduacion de la universidad.

Sin embargo, un terrible error de juicio acabó en una tragedia familiar, y su madre hizo que Daisy se dedicara a ayudar a la comunidad local como castigo.

LanguageEspañol
Release dateJul 21, 2022
ISBN9781547566150
Cadena de Daisy: Colección Costa, #1

Read more from Owen Jones

Related to Cadena de Daisy

Titles in the series (1)

View More

Related ebooks

Coming of Age Fiction For You

View More

Related articles

Related categories

Reviews for Cadena de Daisy

Rating: 5 out of 5 stars
5/5

2 ratings0 reviews

What did you think?

Tap to rate

Review must be at least 10 words

    Book preview

    Cadena de Daisy - Owen Jones

    CADENA DE DAISY

    Una historia de amor, intriga y del hampa en la Costa del Sol

    ––––––––

    par

    Owen Jones

    Traducido por

    Mabel Lugo

    1 LA VILLA BLANCA, MARBELLA, 1995

    Teresa estaba descansado sobre su espalda en la cama, respirando profundamente con una gran sonrisa en su cara, junto a su jefe, John, quien a sus sesenta y cinco años ya había tenido demasiado sufrimiento en la vida como para asumir un rol activo al hacer el amor apasionadamente, por sí mismo. A él le gustaba que ella jurara que les daría placer a ambos, pero esto no surgía de forma natural en ella así que normalmente se le olvidaba en el calor del momento. Teresa tenía cuarenta y dos años y estaba orgullosa de tener a John como su amante. De hecho, ella lo había amado por años a pesar de la diferencia de edad. Ella se vio atraída en principio por el distinguido Caballero Inglés cuando él solía comprarle cosas en el mercado Fuengirola, y se enamoró de él casi desde el mismo día que la contrató como su cocinera y ama de llaves. Poco sabía ella en ese entonces que las visitas frecuentes al mercado habían sido excusas para verla.

    Eso fue grandioso, Teri, niña... Oh si... Tu eres suficiente para hacer a un hombre maduro llorar.

    Teresa se enrolló hacia su amante llegando a su brazo derecho que esperaba por ella. Ella puso su brazo derecho sobre el pecho de él mientras se besaban.

    Tú eres la mejor dijo él.

    Es fácil para mi hacerte feliz, Johnny, porque yo te amo. Tú eres mi héroe y mi salvador, respondió ella, como siempre lo hacía.

    Una explosión sonó como un estallido apagado afuera. El teléfono sonó justo cuando John iba a levantarlo. Era la persona a la que John pensaba llamar para preguntar que pudo haber sido.

    ¿Qué fue eso, Tony? preguntó sin una traza de ansiedad en su voz.

    No estoy seguro aún, jefe, pero nosotros no hemos sido impactados... fue interrumpido por una segunda explosión similar a la primera y entonces una tercera de tipo diferente. Viene desde lejos hacia abajo por la carretera. Yo creo que es en donde los O´Leary a juzgar por los penachos de humo. Estoy yendo hacia afuera ahora para tener una mejor vista. Tony era un hombre grande, en forma de puerta con una cabeza calva sobre ella. Era el jefe de seguridad de John y había estado con él por diez años.

    John podía oírlo corriendo al otro lado del teléfono, no respirando pesadamente del todo, y entonces se detuvo. Estoy a unas dos yardas de su puerta frontal ahora. Parece que la casa ha sido impactada, y la puerta del frente... y hay pedacitos de motocicleta por todos lados... dos hombres caídos... en fuego... Oh! Parece que han sido golpeados con un simple golpe de bate de beisbol en sus cuellos. Parece hecho por un RPG. Yo voy regresando. No quiero ser atrapado como testigo de esto.

    No, claro que no. Regresa y hazte el tonto, pero fíjate si puedes encontrar algo bajo cuerda.

    Avísame más tarde". Él colgó.

    Cinco minutos después, John se quedó dormido, como frecuentaba hacerlo, y Teresa se levantó sigilosa, se vistió y regresó al trabajo – ya era hora de preparar la cena de sus empleados.

    Durante la comida, Tony le dio a John su reporte verbal del bombardeo.

    "No es oficial, jefe, pero lo supe de una de las chicas de O´Leary, así que creo que esto es lo más cercano a la verdad que alguna vez vamos a tener. Fue un atentado y usaron granadas propulsadas por cohetes. Aparentemente, ellos lanzaron la primera cuando pasaron. Ésta fue a través de las barandillas del portón e impactó la casa. El portero, quien probablemente cuenta con su estrella de la suerte no fue herido y tuvo pocos impactos.

    Los motociclistas entonces regresaron y pasaron la puerta, abrieron fuego de nuevo, pero el tubo lanzador del RPG debe haber hecho ignición con el combustible que salía por un agujero de bala en el tanque y explotó. La segunda granada impactó la puerta, como la primera probablemente debía hacerlo, y la voló. Fue cuando la moto explotó y los motociclistas cayeron a Tierra en llamas. Los hombres de O´Leary rompieron sus cuellos con bates de beisbol para no dejar cabos sueltos.

    ¿Quién fue el responsable, ellos lo saben, Tony?

    Él dice que ellos no lo saben, pero cuando yo le sugerí que fue una pandilla irlandesa rival de su casa, el no supo decir que no fuera así

    "¿Había alguien más aparte de los motociclistas heridos?

    "El portero está en mal estado. Recibió heridas de metralla y la gran puerta de hierro forjado le dio un buen golpe cuando voló, pero probablemente sobrevivirá. Una limpiadora recibió algunas astillas de vidrio en la espalda, pero ella está bien. Los O´Leary estaban en la parte de atrás cerca de la piscina, así que ellos están ilesos también.

    ¿La policía llegó? Yo escuché algunas sirenas, creo, pero yo estaba medio dormido entonces y podría haber sido soñando.

    "No, si llegaron bien... y los bomberos y la ambulancia, después que todo acabó. Los O´Leary habían montado al portero y a la limpiadora en la Range Rover y los llevaron a ambos al hospital por su cuenta. La ambulancia levantó los cuerpos de los motociclistas; los bomberos apagaron los restos humeantes y entonces revisaron los daños en la estructura de la casa y la policía acordonó toda el área. Todavía están allí unos cuantos de ellos tratando de parecer preocupados y ocupados.

    Ellos me preguntaron si yo había visto algo y yo les dije que solo el humo.  Realmente no le atinan a un mono mientras que no haya un español involucrado.

    No, estas en lo cierto. Bien, gracias por esto, Tony. Bien hecho, como siempre. ¿Piensas que estamos en algún peligro?

    No, jefe, solo fueron los Micks, eh, lo siento jefe, los irlandeses teniendo una guerra por territorio. Nada que ver con nosotros. Yo he traído un par de manos extras, para estar seguro.

    "Bien. ¿No has comido aún? Le preguntó moviéndose hacia una silla

    No, pero habrá algo esperando por mí en la oficina cuando yo regrese, Gracias.

    Si estás seguro, Tony. Siempre eres bienvenido, lo sabes, OK, depende de ti, no me dejes alejarte de tus comidas. Te veo más tarde en mis rondas. A John le gustaba caminar alrededor de los jardines de la casa dos veces, antes de ir a la cama, como parte de su régimen de ejercicios.

    John Baltimore se mudó por primera vez a Marbella veinte años antes cuando tenía cuarenta y cinco, a pesar de que era solo por tiempo parcial, sus periodos de estadía se fueron alargando gradualmente. Él no había huido allí, como muchos otros antes que él, sino que había hecho y heredado suficiente dinero como para hacerle pensar que era una buena idea salir del Reino Unido antes de que las personas, es decir la policía, la Inland Revenue y la prensa comenzaran a hacer preguntas. Si se removían suficientes piedras, alguna podría eventualmente golpearlo a él, así que emigró, aunque tanto él como su padre antes que él habían tenido la propiedad en Andalucia por décadas.

    La prensa había apodado la costa de la provincia de Málaga como la Costa del Crimen, pero había más verdad en eso de lo que la mayoría de las personas, es decir el público británico en general, sabía. Esta era una descripción bastante acertada en lo que concernía a una considerable minoría británica en el área. Muchos de la Mafia británica se habían mudado a la Costa del Sol con la intención de retirarse de su antigua vida de crimen, pero se aburrían y entonces volvían a las andadas. Algunos simplemente realizaban sus antiguas operaciones en Gran Bretaña remotamente, y otros trataban de articularse en la comunidad local, a lo cual los españoles y otros se resistían. Esto llevaba a la violencia, algunas veces los británicos ganaban, otras veces no.

    John había renunciado a todo en Gran Bretaña, pero tenía una serie de negocios rentables en España, en los cuales gradualmente había ido perdiendo interés, pero como era un adicto al trabajo y no tenía herederos o ni siquiera una esposa, él tuvo que seguir adelante. Él se había casado tres veces y había tenido muchas aventuras. Algunas de sus amantes le reclamaban haber tenido un hijo suyo, pero él nunca aceptó la responsabilidad, porque esperaba tener un heredero legitimo algún día. No obstante, ese día nunca llegó y, a su edad, hace mucho tiempo que había perdido la esperanza de que pudiera suceder.

    Él tenía planes de hacer que Teresa se sintiera cómoda de por vida, en vista de que tenía sus esposas reales, y estaba jugando con la idea de dejar al resto a una fundación benéfica para mujeres quienes hayan caído en momentos difíciles. Él y su padre habían metido sus manos en poner a muchas mujeres en estos predicamentos, así que esto parecía lo justo.

    El padre de John, de quien había recibido su nombre, a pesar de que su verdadero padre se llamaba Sean, había sido enviado por su madre a Londres desde Dublín para prevenir que se involucrara en una revuelta propuesta por la Hermandad Republicana Irlandesa, rumores que habían comenzado a esparcirse en la gente desde finales de 1914. Ellos planeaban aprovechar  la fuerte participación de Gran Bretaña en la Primera Guerra Mundial, y Alemania les había ofrecido armas si ellos podrían organizar algún tipo de revuelta. Ella se sintió atemorizada por  la seguridad de su hijo después de que un amigo le dijera que John estaba pensando seriamente en unirse a La Causa – para reunificar Irlanda y deshacerse de la Influencia del Westminster.

    Él había sido un delincuente menor en el East End de Londres durante el primer año de la Primera Guerra Mundial, pero había vivido en la habitación de una casa en donde habían alojado a refugiadas belgas. Había cientos de miles de refugiados Belgas en el Reino Unido, la mayoría eran mujeres y niños. El notó que muchas de ellas entraban al juego para mantenerse, así que astutamente había pedido prestado suficiente dinero a un prestamista para rentar una casa la cual usaba como burdel. Él tenía a diez mujeres jóvenes y niñas Belgas viviendo y trabajando todos los días de la semana, y tenía una docena de estos negocios al año. En cinco años, ya  era propietario de todas las casas.

    La primera cosa que él hizo cuando comenzó a ganar dinero fue llamar a sus hermanos menores para que lo ayudaran a llevar sus nuevos y cada vez más complicados asuntos.

    Él era millonario antes de los treinta, hecho del cual estaba particularmente orgulloso, dado que había llegado a Londres en 1914 con menos de una libra a su nombre.

    John junior fue el producto de una de las muchas relaciones de una de las chicas trabajadoras, pero no con el hombre al cual él había llamado padre, su padre adoptivo, porque sus propios padres habían sido asesinados por su propia familia en dos peleas armadas distintas. John senior adoptó a John junior, debido a que se sentía avergonzado de lo que su hermano había hecho, y de la manera que su descendencia había provocado la venganza. También se rumoraba que existía un bajo conteo de espermatozoides en la familia y John junior siempre había pensado que él seguiría la tradición de sus predecesores masculinos.

    Dos meses más tarde, después de otra sesión de amoríos, pero antes de que John se quedara dormido, Teresa susurró en el oído de su jefe:

    Johnny, mi querido héroe, vas a ser padre...

    ¿Eh? ¿De qué estás hablando, Teri? Yo no puedo tener hijos... Nunca he tenido ninguno y ciertamente ahora estoy muy viejo. Además tú me dijiste que ya habías llegado a la menopausia, así que tú tampoco puedes.

    Eso es lo que yo pensé, así que este bebé es un regalo de Dios para nosotros, Johnny...

    Un milagro sangriento, si es que es cierto. ¿Ya has visto a un doctor?

    No, aún no, pero una mujer sabe estas cosas, no necesita que un doctor se lo diga

    "Quizás no, pero un hombre si, así que ve mañana y asegúrate, mi niña!

    "Pero y si es verdad, Johnny, ¿qué dirías entonces?

    Simplemente no puede ser verdad. Yo no puedo, y tú no puedes tener un bebé!

    "Pero, ¿y si es cierto?

    Basura, no puede ser. Tienes un viento... o estás subiendo de peso. Eso es lo que pasa, estás subiendo de peso.

    No, Johnny, nuestro bebé solo tiene el tamaño de un maní! Yo no estoy más gorda por eso. De hecho, tengo el mismo peso de siempre: cincuenta y dos kilos, pero tengo un bebé. Tan imposible como parezca, yo estoy embarazada. Yo recuerdo esta sensación desde antes, pero iré a consultar con el doctor mañana.

    Bien! Haz eso y veras que yo estoy en lo cierto.

    Segundos después, él se quedó dormido y Teresa se ocupaba de asegurar el confort de su amado.

    ––––––––

    Cuando John escuchó que iba a tener un hijo antes de que terminara el año, no supo cómo reaccionar. Parecía que todo estaba ocurriendo muy rápido, y aunque él estaba secretamente regocijado, el hombre duro que había dentro de él había ganado, así que insistió en una prueba de ADN. Cuando la prueba de amniocentesis, a las diez semanas, le confirmó que él era el padre, le pidió matrimonio a Teresa, y quedó desconcertado cuando ella parecía renuente.

    Yo pensé que a ti te gustaría casarte conmigo, Teri, le dijo.

    Me gustaría, ella admitió dolorosamente pero no solo porque estoy esperando a tu bebé. A mí me gustaría que me pidieras matrimonio porque me amas.

    Pero yo te amo, Teri, tú lo sabes. Solo que no soy muy bueno para decir ese tipo de cosas, pero yo pensé que tú lo sabias.

    A una mujer le gusta oírlo, Johnny...

    Yo supongo que un hombre también lo hace, querida, admitiré que lo hago por ti, pero si alguna vez le dices a alguien, lo negare.

    Ustedes tontos hombres machos, ella se burló gentilmente mientras caía en la curva de su brazo. tú quieres oírlo, pero no quieres dar el mismo placer a las personas que amas. Eso es egoísmo, ¿no es así?

    Él no respondió por varios minutos, pero Teresa estaba dispuesta a esperar.

    Si, supongo que es así, finalmente admitió. "Lo siento mucho por no haberte dicho antes que te amo. Yo nunca se lo he dicho a nadie en toda mi vida, excepto quizás a mi madre. No recuerdo. ¿Alguna vez te he hablado sobre ella?

    Su nombre era Fleur y vino de Bélgica, pero no hablemos más sobre ella por ahora. ¿Te casarías conmigo, por favor, Teri? Eso me haría el hombre más feliz del mundo, y yo sé que suena cursi, pero yo soy un hombre de acción, no de palabras... Creo que ya tú sabes eso también.

    No suena cursi, Johnny, esas son palabras muy bellas... Sus ojos se llenaron de lágrimas. Me casaré contigo, Johnny. Siempre te he amado, pero quiero que me prometas que cuidaras a nuestro hijo. No me preocupo por mí, pero a nuestro bebé debes cuidarlo, o sería mejor si me voy ahora.

    Mi querida Teresa, si te casas conmigo, nuestro bebé, niño o niña, heredará todo lo que poseo

    En ese caso, Johnny, Acepto. Me casaré contigo.

    John quería que la ceremonia de boda se celebrara en una semana, pero Teresa insistió en planear y hacer todo apropiadamente, excepto que ella no le pidió a John convertirse al Catolicismo y ella no pidió que el bebé fuera educado como un católico.

    A las catorce semanas, después de la enorme boda, Teresa le dijo a John que estaban esperando una niña. Ella estaba preocupada de que John pudiese estar decepcionado, pero ella no pudo notar ningún signo de esto.

    John, por su parte, pensó que él debería haber estado decepcionado, pero para su sorpresa se encontró con que no lo estaba.

    "¿Qué nombre deberíamos darle? Pregunto Teresa una mañana en la cama.

    "¿Podríamos llamarla Daisy? Preguntó él.

    Seguro, ella reflexionó. Daisy... Margarita en español... una perla... una gema oculta. Este es el nombre perfecto para nuestra hija, nuestro regalo de Dios, quien nunca debió haber existido".

    2 LOS PRIMEROS DÍAS DE DAISY

    El embarazo de Teresa, su tercer embarazo, ya que los otros habían terminado prematuramente, transcurrió con normalidad, a pesar de que ella estaba ansiosa, naturalmente por su experiencia pasada. John estaba al pendiente de esto y consiguió una enfermera privada para ella y un segundo carro, así el jardinero podría llevarla al hospital, en caso de que él o Tony no estuviesen en casa. No obstante, todo fue bien, y Daisy nació en casa, el 14 de diciembre, en una tarde soleada, con la ayuda de una partera que fue proporcionada por la compañía de seguros de la familia. Fue un parto sin problemas y John resplandecía de orgullo al ver a su hermosa esposa sosteniendo a su hermosa hija.

    John nunca había sido de fotografías, pero en esa semana él había sacado cientos de ellas. Él las mostraba a sus amigos y conocidos, y cuando ellos decían que ella tenía su nariz o sus ojos, se sentía demasiado orgulloso, aunque él mismo no lo notaba.  Para él, ella era la viva imagen de su adorada Teresa, y él no podría desearlo de ninguna otra manera. Él nunca la llevaba fuera de los portones, pero le gustaba pasear alrededor del jardín con ella en su cochecito, describiendo las flores y las aves para ella, cuando él estaba seguro de que nadie lo podía escuchar. Él derritió el corazón de Teresa una mañana, cuando ella estaba llegando para ver a Daisy y vio a John cantando Ba, Ba, Black Sheep para ella. Él se puso rojo de la vergüenza cuando vio que ella lo estaba escuchando, y ella nunca más lo vio hacerlo de nuevo.

    Las caminatas por el jardín se detuvieron poco después, y esto tuvo un efecto en Teresa también, porque John no solía socializar sin una compañera, así que quería que su esposa lo acompañara, lo cual significaba que ellos necesitaban una niñera. A pesar de que esto no era lo que Teresa quería, ella sintió que debía complacerlo porque John había sido muy amable con ella.

    Los periodos de tiempo en los que la bebé Daisy era dejada con su niñera, Lisa, fueron extendiéndose y haciéndose más frecuentes, tanto que la bebé mostraba más afecto hacia Lisa que a su madre. Esto rompió el corazón de Teresa, pero no había nada que ella pudiera hacer al respecto. Por este tiempo, Tony notó que la pequeña Daisy a veces estaba sola dentro de su corralito en el jardín, así que se detenía para entretenerla. Él no tenía problema alguno con que lo vieran o pensaran que era tonto y que le gustaban los niños, siempre se lamentaba no haber tenido ninguno propio. Daisy lo tomó también a él y se convirtieron en buenos amigos.

    John estaba ausente de casa cada vez más frecuente, a pesar de que su oficina estaba allí, pero no conocía nada diferente, esto no le aburría. Así fue como él había sido educado.

    Desde pequeña ella demostró ser rápida para el aprendizaje, prácticamente aprendiendo español e inglés a la misma velocidad. Teresa utilizaba estas oportunidades para perfeccionar su dominio del inglés, en lo cual hasta ahora había sido en promedio razonable para el área y sus alrededores. Esto sirvió para mantenerla en buena forma esos años y mejorar la relación con su hija.

    Sin embargo, a pesar de esto  Daisy creció más o menos solitaria, o más precisamente, con sus sirvientes. Ella vivía en la misma villa que sus padres, pero a John le gustaba su vida de soltero y ya estaba muy viejo para cambiar. A él le gustaba irse de tragos y  comidas en las noches y el esperaba que su esposa lo acompañara así como las esposas de sus amigos lo hacían, no obstante el hecho era que las mujeres resultaban sentadas a un lado de la mesa y los hombres al otro lado, cuando ya la comida había terminado.

    A la hora que ellos regresaban a casa, mas era las veces que no, la pequeña Daisy ya había sido metida en la cama por su niñera y se había quedado dormida mientras le leían una historia. A decir verdad, la niñera de Daisy no podría haberla amado más si fuera su propia hija, y la madre de Daisy hacia todo lo posible para compensarla por estas ausencias regulares, ya que ella nunca dejaba de sentirse culpable por ello. Pero ahora confiaba en que el futuro de Daisy era seguro y eso era lo que le preocupaba más que cualquier cosa.

    Daisy nunca tendría que hacer lo que ella tuvo que hacer para asegurar su futuro y el de su hijos cuando los tuviese algún día.

    Daisy siguió el camino de muchos niños de padres adinerados. En sus primeros años pasaba de ser mimada por culpables padres a ser descuidada por ellos mismos una vez más, en un mismo día. Entonces cuando ella cumplió los cinco años de edad, la inscribieron en el preescolar, donde los maestros intentan reemplazar a los padres y niñeras. Cada uno era bien intencionado pero el único resultado fue más confusión, aislamiento y soledad para los niños, incluyendo a Daisy.

    Ella fue creciendo un poco fría de corazón, una solitaria que no buscaba ni amistad ni compañía. Esto no detenía que otros niños trataran de ser amigables con ella, pero ninguno se acercaba a ella lo suficiente. Ella no tenía idea de lo que era un mejor amigo.

    La escuela fue más de lo mismo, aunque Daisy pareció destacar en ésta. Si la verdad se supiera, fue porque ella estaba tratando de obtener la aprobación de su padre. Ella estaba más segura de la aprobación de su madre, quien pasaba más tiempo con ella cuando no tenía que llenar los deberes de la vida social de John.

    Fue en esta etapa de su vida, en la escuela secundaria, que ella comenzó a escuchar sobre las hazañas de su padre y su reputación de hombre duro. Algunos a veces fueron tan lejos como para describirlo como despiadado y asesino a sangre fría. No obstante, estas descripciones de su padre no le hicieron cuestionar su carácter, eso solo sirvió para aumentar su estatus de héroe en su joven mente. Después de todo, ¿su madre no lo hacía, y frecuentemente lo llamaba, su héroe?.

    Ella nunca habló de sus sentimientos sobre esas frecuentes ocasiones en las que la gente hablaba tan mal de su padre, pero tampoco respondía cuando la gente hablaba de él con asombro, a pesar de que interiormente, ella estaba brillando de orgullo por la persona de la que estaba aprendiendo más por boca de otros que por él mismo.

    Ella fue enseñada en inglés y en español en la misma escuela y  hablaba completamente fluido en ambos idiomas. Se mezclaba tan fácilmente con niños españoles pobres y ricos como lo hacía con los británicos ricos. Ella nunca conoció a ningún británico pobre, así que cuando fue internada en una escuela en Gran Bretaña, a los dieciséis, para hacer sus niveles A, ella no tenía idea de que existían. En ese aspecto, ella era como muchos niños españoles.

    Sus padres la llevaron a Londres para comenzar en un internado, cuando ellos la dejaron allí, su madre lloró, pero ella se dio cuenta de que era al hombre a quien llamaba Tío Tony, la cabeza de seguridad de su padre, a quien extrañaba más. Las niñeras iban y venían, así como los maestros en la escuela, pero Tony había estado allí siempre, y esto era más de lo ella podría decir de sus padres. Él la enseñó a montar bicicleta con rueditas de soporte, y fue él quien las quitó y la levantaba cuando ella se caía. Él también le enseñó a nadar, a trepar árboles, a patear y lanzar un balón y hasta le enseñó rudimentos de boxeo y karate. Tenía buenos recuerdos mirando rugby en la televisión, con él y disfrutaba viendo cuánto se alegraba él a ver que Inglaterra anotaba un punto o jugaba especialmente bien.

    Varias veces, ella casi rompe en llanto por aquello días felices, pues sabía que muy probablemente se habían ido para siempre.

    Fue en el internado y en la universidad donde estudió Economía y Negocios en la LSE que desarrolló la gruesa coraza de un rinoceronte y la astucia de un zorro. Ella siempre tuvo la misteriosa habilidad de recordar cada palabra que cualquiera haya dicho sobre ella, su familia y en especial su padre. Ella siempre tuvo el hábito de escribir todo en diarios, y lo estuvo haciendo por una década,

    Enjoying the preview?
    Page 1 of 1